La Filosofía Empresarial Básica del Grupo Panasonic 5. «La Filosofía Empresarial Básica» del Grupo Panasonic

«La Filosofía Empresarial Básica» del Grupo Panasonic se define como la práctica de, y la forma de pensar asociada con, los Objetivos Básicos de Gestión, el Credo de la Empresa y los Siete Principios. Arataro Takahashi, antiguo presidente de Matsushita Electric, que apoyó al fundador durante los periodos de reconstrucción y expansión antes y después de la guerra, dijo lo siguiente sobre la práctica de la Filosofía Empresarial Básica:

En medio de una dura competencia, debemos ser insuperables en nuestro trabajo. Si como resultado de nuestro trabajo somos capaces de proporcionar productos que los consumidores disfruten al utilizarlos, no cabe duda de que nos veremos recompensados. Si, por el contrario, no cosechamos esas recompensas, será la prueba de que nuestro trabajo no está a la altura de lo esperado. Por lo tanto, debemos analizar, tomar las medidas necesarias y resolver los problemas que surjan.

Nuestro objetivo no es perseguir beneficios ni ampliar nuestra empresa, nuestro objetivo es realizar tan bien nuestro trabajo, que los consumidores nos elijan incluso después de una cuidadosa selección. Si seguimos creando productos que enriquezcan la vida de las personas, mejoren el estilo de vida, y desarrollen la cultura, seguro que seremos recompensados.

Si no somos recompensados ni valorados por nuestros clientes, significa que fundamentalmente estamos haciendo algo mal, y si entendemos las causas, podremos llevar a cabo las reformas necesarias. Si ponemos excusas y culpamos a otros, insistiendo por ejemplo en que «las condiciones económicas son malas» o que «el mercado está caótico porque los competidores hacen una competencia desleal y venden por debajo del precio de coste (dumping)», nuestra gestión empresarial no será capaz de tomar el rumbo correcto.

Como indican estas palabras, para aspirar a la sociedad ideal y contribuir al desarrollo de la sociedad, debemos hacer nuestro trabajo de manera que nadie nos pueda superar en términos de calidad, costes y servicios para que de esta manera los clientes nos elijan. Por tanto, para lograrlo debemos innovar y mejorar de manera continua.

Si los productos no se venden bien, no estamos contribuyendo al desarrollo de la sociedad a través de nuestros productos, y no podemos decir que estamos cumpliendo con nuestro deber como empresa. En este caso, no es aceptable que nos limitemos sólo a bajar el precio de venta para poder vender el producto. Es importante trabajar primero para racionalizar los costes, mejorar la calidad y el rendimiento, y ofrecer un servicio minucioso e insuperable.

En otras palabras, mientras procedamos de acuerdo con la Filosofía Empresarial Básica, no podemos dejar de abordar los problemas que aparezcan, como los altos costes, la baja calidad y el rendimiento, y debemos esforzarnos por racionalizar y mejorar la situación.

Por supuesto, no es fácil reducir los costes o mejorar la calidad y el rendimiento, pero cuando existe la determinación de seguir y practicar a fondo la Filosofía Empresarial Básica, es seguro que de ello nacerá la creatividad y el ingenio, y de esta manera podremos seguir esforzándonos de manera continua para lograr el progreso deseado.

También debemos reconocer que, independientemente de cómo se expanda nuestro negocio y crezca nuestra organización, nuestro negocio tiene el mismo origen y esencia que una pequeña tienda de propiedad privada: ningún negocio puede existir sin clientes.

En 1935, cuando Matsushita Electric se estaba convirtiendo en una sociedad anónima, el fundador estableció el «Reglamento Interno Básico», que decía en parte lo siguiente:

No importa lo grande que pueda llegar a ser Matsushita Electric en el futuro, debemos mantener la actitud de un humilde comerciante. Piensa que eres un empleado de una pequeña tienda. Sé sencillo, austero y humilde mientras realizas tu trabajo.

El fundador llegó a la conclusión de que para ser «un comerciante» se debían cumplir los siguientes tres requisitos fundamentales:

  • Comprender el significado del comercio
  • Ser capaz de saber cómo siente y piensa el cliente
  • Ser totalmente humilde ante los demás

Cada uno de nosotros debemos entender perfectamente para qué existe nuestro negocio, debemos ser insuperables en cuanto a nuestra sensibilidad hacia lo que piensan los clientes, y recordar siempre que debemos ser humildes y agradecidos.