La Filosofía Empresarial Básica del Grupo Panasonic 10. Desarrollar a las personas y aprovechar al máximo su potencial

​(1) Cómo valora a las personas el Grupo Panasonic

El poder integral de una empresa es la suma de la fuerza de sus empleados. Por lo tanto, para aumentar los puntos fuertes de la empresa en general, cada uno debe identificar lo que es preciso en su trabajo y ejercer independientemente su total capacidad para realizar mejoras.

Sólo cuando los objetivos de los empleados y la dirección de la empresa están alineados, y los objetivos de la empresa son una extensión de los de cada empleado, es posible combinar los esfuerzos de cada empleado para que la organización pueda realizar un trabajo sin igual que sea elegido por los clientes.

Para lograr esto, los superiores deben tener una buena comprensión de las capacidades únicas de cada subordinado y procurar que estos brillen por sus fortalezas individuales, de modo que puedan ejercer sus habilidades con sentido de realización. Al mismo tiempo, se espera que los subordinados crean en su propio potencial y que sigan mejorando.

Cada uno de nosotros es responsable del crecimiento del Grupo Panasonic. La capacidad del Grupo para seguir contribuyendo al desarrollo de la sociedad depende de la mentalidad y del comportamiento de cada uno de nosotros.

En este contexto, la base de nuestra gestión es nutrir y utilizar los preciosos recursos humanos que nos ha confiado la sociedad. Como afirmaba el fundador, «una empresa es su gente».

«Una empresa es su gente»: En cualquier emprendimiento, encontrar a las personas adecuadas es el primer paso hacia el desarrollo. No importa cuán distinguida sea la historia o la tradición de una empresa, la incapacidad de hallar personas capaces de seguir esa tradición, eventualmente, llevará a la decadencia de la empresa. La organización y los métodos de gestión son muy importantes, por supuesto, pero son las personas las que les dan vida... Por lo tanto, la gestión empresarial consiste, más que nada, en cultivar recursos humanos fuertes y alentarlos a que desarrollen su potencial.

(2) Mejorar nuestras propias capacidades

Como miembros del Grupo Panasonic, debemos hacer siempre juicios de valor correctos con un corazón sunao (franco), de acuerdo con la Filosofía Empresarial Básica, y mejorar nuestras capacidades mediante la práctica diaria rigurosa y la reflexión humilde sobre nuestras experiencias.

En particular, los Siete Principios son una guía para el autodesarrollo como miembros del Grupo Panasonic. Al mismo tiempo, son una guía para vivir mejor como industriales con la aspiración de contribuir al desarrollo social. El expresidente Arataro Takahashi explicó la importancia de practicar los Siete Principios de la siguiente manera:

Los Siete Principios son el fundamento de la Filosofía Empresarial Básica. Por ejemplo, sus contenidos sobre «contribución a la sociedad» son la encarnación del propio Objetivo Básico de Gestión, y ponerlo en práctica de una manera concreta significa realizar un trabajo que no tenga rival en términos de calidad, costo y servicio, y que sea elegido por los clientes. Con este entendimiento, debemos reflexionar constantemente sobre si los productos que fabricamos realmente contribuyen a la sociedad, y si nuestro enfoque actual para fabricarlos es apropiado. Estas reflexiones y análisis se repiten a diario. Por acumulación, se genera originalidad e ingenio, y la Filosofía Empresarial Básica se refleja en nuestro trabajo real. Por lo tanto, sin una política básica clara, el desarrollo de las personas es imposible.

Una empresa tiene la obligación de desarrollar a sus recursos humanos de manera oportuna y apropiada. Al mismo tiempo, cada uno de nosotros debe ser ambicioso y seguir esforzándose por alcanzar sus objetivos personales.

(3) Política de desarrollo de recursos humanos

El fundador indicó la importancia del desarrollo de recursos humanos en el Grupo Panasonic con la frase «Desarrollar personas antes de fabricar productos». Creía que la fabricación de buenos productos debía ir precedida por el desarrollo del tipo necesario de personas.

Entonces, ¿cómo desarrollar los recursos humanos y lograr el máximo de su potencial? La idea básica es desarrollar al personal que nos ha confiado la sociedad, que comprenda plenamente la Filosofía Empresarial Básica, que trabaje con seriedad según estas políticas, que reflexione humildemente y que siga esforzándose por mejorar cada día.

Lo más importante en el desarrollo de los recursos humanos es confiar el trabajo a los subordinados sin vacilación. Esta es también la esencia de la gestión autónoma responsable. Las personas se nutren en los frentes operativos y, para que desarrollen sus capacidades, deben aprender trabajando, pensando y tomando medidas de manera independiente.

Confiar el trabajo a subordinados no significa asignarles tareas indiscriminadamente. Teniendo en cuenta la necesidad de asumir la responsabilidad final, los superiores deben animar a sus subordinados a pensar y a mejorar de manera autónoma. Es importante no enseñarles todo a los subordinados, sino comunicarse con ellos para que puedan pensar, concientizarse e internalizar lo que aprenden.

Aunque a veces es preciso tratar a los subordinados con dureza en virtud de sus propias necesidades, lo más importante es tratarlos con sinceridad y afecto, para que puedan confiar en nosotros y trabajar por su propio crecimiento sintiéndose seguros.

Al cumplir nuestras responsabilidades como superiores delegando tareas con ojo vigilante, también debemos dirigirnos a los subordinados pensando profundamente en los riesgos futuros que puedan surgir. Además, hay cosas que los subordinados pueden enseñarnos, y esto puede conducir a nuestro propio crecimiento como superiores.

Un ejemplo de esta práctica es el establecimiento de la Fábrica de Saga. A principios de la década de 1960, al montar para Kyushu Matsushita Electric una fábrica de pilas secas en la prefectura japonesa de Saga, el expresidente Arataro Takahashi seleccionó a dos jóvenes empleados de unos 30 años de edad, sin experiencia previa en la instalación de fábricas, y les confió todo, desde la construcción del nuevo edificio y de las instalaciones hasta la puesta en marcha de la fabricación.

Takahashi sólo les transmitió las directrices básicas, sin condiciones detalladas, pero también les impuso requisitos estrictos, como reducir a la mitad el presupuesto de construcción presentado. Como resultado de su trabajo duro y su ingenio, se logró construir la fábrica por menos del presupuesto original. Como directivos, siguieron contribuyendo al establecimiento de fábricas en el extranjero y a la gestión de empresas del Grupo.

El desarrollo de las personas es el trabajo más importante de un superior. El Grupo Panasonic busca seguir contribuyendo al progreso social, trabajando hacia una sociedad ideal. Si bien podemos establecer ideales y metas de largo alcance, el período de nuestra participación en la empresa puede considerarse transitorio. Por lo tanto, desde la perspectiva de mantener la actividad empresarial como una preocupación constante, los superiores deben formar a sus subordinados, ya que la empresa debe pasar, luego, a la siguiente generación.

Para superarse a ustedes mismos como superiores, deben ser conscientes de su responsabilidad de guiar a esos subordinados que la sociedad nos ha confiado. A medida que se acelera la evolución social, es difícil creer que los enfoques convencionales funcionarán en la próxima generación. Por lo tanto, deben ayudar a sus subordinados para que adquieran la capacidad de manejar con flexibilidad las varias dificultades que se les presenten cuando estén en posiciones de responsabilidad.

Nuestros predecesores nos han dejado consejos muy valiosos sobre el desarrollo de las personas y el aprovechamiento máximo de sus habilidades. Esperamos que los apliquen al desarrollo de recursos humanos y al crecimiento de su propio personal.