La Filosofía Empresarial Básica del Grupo Panasonic 6. Practicar la Filosofía Empresarial Básica

La Filosofía Empresarial Básica sólo puede internalizarse aplicándola. El expresidente Arataro Takahashi expresó: «La mera comprensión intelectual de la Filosofía Empresarial Básica sirve de poco. Para establecerla como nuestra base inquebrantable, es importante ponerla en práctica y aprenderla con nuestro cuerpo». Takahashi aplicó la filosofía a la reforma y el crecimiento de muchas empresas del Grupo.

En esta sección se explican los aspectos esenciales que deben entenderse como requisitos para la práctica de la Filosofía Empresarial Básica.

(1) Imaginar «el futuro que debemos lograr» y perseguir el valor esencial del cliente

Nuestra meta es realizar una sociedad ideal con riqueza material y espiritual. Esto también es cierto para nuestras empresas individuales, cada una de las cuales debe imaginar su futuro ideal y esforzarse por lograrlo.

El futuro ideal al que nos referimos aquí no es una ampliación de la situación actual, ni es algo que consideremos únicamente desde nuestra propia perspectiva. ¿Cómo deberían ser las vidas de las personas, la sociedad y el medio ambiente global en el futuro, y cómo podemos asegurarnos de que nuestros hijos y nietos puedan vivir una vida más rica tanto en términos materiales como espirituales? Es necesario imaginar el tipo de futuro que debemos realizar, un futuro que coloque en el centro a la gente.

Y a partir de ello, calculemos: ¿cómo es que debe contribuir nuestro negocio? ¿Cómo debería cambiar y perfeccionar su competitividad para que ninguno de sus competidores lo supere? ¿Y qué medidas deberían tomarse para lograrlo? Debemos reflexionar sobre estas cosas y ponerlas en práctica.

Para lograr el futuro ideal a través de los productos y servicios específicos de nuestro negocio, debemos buscar valores esenciales para los clientes. El valor esencial del cliente no es la búsqueda de un rendimiento o una calidad excesivos, ni significa simplemente hacer lo que el cliente nos pida que hagamos. Se trata de estar realmente cerca de los clientes, de mirar la esencia de sus problemas y su futuro, y de darse cuenta de lo que es realmente útil para ellos.

Debemos escuchar atentamente la voz de nuestros clientes actuales y mejorar nuestros productos desde su punto de vista. Al mismo tiempo, estar realmente cerca de los clientes significa considerar cómo podemos desarrollar estilos de vida futuros y a la sociedad misma para su propio beneficio, y abordar de manera audaz el desafío de lograrlo.

Muchas empresas del Grupo Panasonic se han desarrollado según este enfoque. Pongamos como ejemplo el negocio de los motores. En la década de 1930, el fundador imaginó un futuro en el cual, en cada hogar, se utilizaría un promedio de diez motores y, basado en esta visión, lanzó su negocio en el sector de los motores. Al mismo tiempo, estableció el objetivo de lograr un amplio suministro de radios a la mitad del precio de los modelos convencionales, para que la gente tuviera un acceso más fácil a la información, y logró reducir el costo a la mitad.

El camino hacia el futuro que debemos lograr será largo y arduo. Nuestro negocio en el sector de los motores, que comenzó desde cero, fue inicialmente un fracaso tal que, incluso dentro de la empresa, había quienes argumentaban que la fábrica debía cerrarse.

Sin embargo, el expresidente Arataro Takahashi les dijo a todos los empleados involucrados en motores que pusieran en práctica la Filosofía Empresarial Básica: para lograr una calidad, un costo y un servicio sin rival. Todos los miembros de los departamentos de fabricación, ingeniería y ventas respondieron realizando mejoras sin descanso. El resultado fue una línea de motores que eran tan populares que ese sector comercial no podía producirlos con la rapidez necesaria. Tomó cerca de 20 años alcanzar ese punto, pero el desarrollo del sector de los motores contribuyó grandemente al posterior desarrollo del de aparatos domésticos.

De esta manera, en cada uno de nuestros negocios, debemos imaginar el futuro que debemos lograr y perseguir el valor esencial del cliente.

(2) Lograr la justicia social, la coexistencia y la prosperidad mutua

En la conducción de nuestro negocio, con los recursos gerenciales que nos ha confiado la sociedad, debemos utilizar estos recursos correctamente para el beneficio de ella y cumplir plenamente con nuestras responsabilidades con las partes interesadas.

Además de acatar las leyes y reglamentos, así como la moralidad social, debemos considerar siempre lo que es correcto para la sociedad, adquirir sabiduría cierta y ponerla en práctica. El fundador captó la importancia de hacer esto mediante el término «justicia social». Con la protección de la salud física y mental de nuestros empleados como requisito previo, la implementación incansable de la justicia social contribuirá al verdadero desarrollo de la sociedad, de la industria y de nuestros socios comerciales.

También en las estrechas relaciones que desarrollamos al hacer negocios con empresas que nos suministran materiales, subcontratistas y contratantes que apoyan nuestro negocio, tiendas minoristas afiliadas y agentes que venden nuestros productos, debemos esforzarnos por lograr la prosperidad y el desarrollo mutuos.

Como socios que persiguen el desarrollo de la sociedad, es esencial mantener abierto el debate y el entendimiento mutuo entre las partes involucradas, así como la concientización mutua en las áreas de productos, tecnología y mejoramiento de procesos. De esta manera, cada parte podrá desempeñar un papel mayor en la sociedad, a través de la cooperación —sin perder la autonomía— y el apoyo mutuo que genera fortalezas colectivas. Esta es la visión fundamental del Grupo Panasonic de la coexistencia y la prosperidad mutua.

(3) Erradicar el desperdicio, la inacción y la reelaboración

Desde el punto de vista de nuestros beneficios, como se indica en el punto 1. La Misión de la Empresa, debemos considerar un pecado el hecho de estar en cifras rojas. Además, incluso si una empresa está generando un beneficio sustancial, si esa empresa está plagada de despilfarro e inacción, entonces, simplemente, está perdiendo oportunidades de generar mayores beneficios. En consecuencia, se pierde la oportunidad de ganar dinero que debería compartirse con nuestros empleados y accionistas y con la sociedad, para contribuir a un número mayor de clientes y a la sociedad del futuro. En este sentido, tales condiciones también son consideradas un pecado.

Por lo tanto, es obvio que estar en cifras rojas es un pecado, pero además, la presencia de desperdicio, de inacción y la necesidad de reelaboración en la empresa es en sí misma un pecado. No importa cuán pequeño sea el trabajo de cada individuo, pues existe en beneficio de la sociedad y siempre está vinculado al desarrollo de la sociedad.

En este sentido, no debería haber ni un ápice de desperdicio en nuestras actividades empresariales. Cada uno de nosotros, a diario, debe ser consciente de cada segundo perdido y cada desecho, y hacer mejoras para eliminarlos. Por lo tanto, debemos esforzarnos siempre por hacer mejor nuestro trabajo, entendiendo que, incluso si se trata de un mero tornillo o de una hoja de papel, nuestro trabajo debe conducir al desarrollo de la sociedad.

Por supuesto, la forma en que se realiza el trabajo cambia con los tiempos, pero en cualquier época, debemos aumentar la velocidad del trabajo y de los negocios, fortalecer la competitividad de nuestras líneas operativas y contribuir, así, a la sociedad, eliminando de raíz los desechos, la inacción y la reelaboración.

(4) Responder a los cambios de la sociedad

La sociedad cambia cada día, y la velocidad de esos cambios se acelera cada año. En medio de tales cambios, algunas cosas quedan obsoletas o desaparecen, y nacen otras; pero, en general, la sociedad está en constante evolución y desarrollo.

En los últimos años, muchos problemas sociales han surgido de los efectos negativos del desarrollo, como las cuestiones ambientales mundiales. Si bien consideramos que estas cuestiones necesitan solución y buscamos mejores respuestas y nuevos caminos, podemos decir que nuestra sociedad continúa desarrollándose, al tiempo que cambia día a día. Como creía el fundador, el principio de «crecimiento y desarrollo» funciona en todas las cosas del mundo.

En cada uno de nuestros negocios, nuestro objetivo es imaginar el futuro que necesita hacerse realidad, anticipar el futuro de nuestros clientes, y ofrecer productos y servicios que realmente contribuyan a ellos, con el fin de realizar una sociedad ideal con riqueza material y espiritual. Mientras nos esforzamos por ello, nos enfrentamos a cambios que representan no sólo oportunidades, sino también amenazas.

Frente a tales cambios y señales de cambios, es importante no tomar una visión superficial, sino enfrentar la situación objetivamente, tal como es, y luego comprender las principales tendencias que hay detrás de ella. Para hacer frente al cambio, debemos considerar incluso la posibilidad de descartar métodos que hasta ahora han demostrado ser eficaces.

Tenemos que tener el valor de desechar lo que debe desecharse y empezar cada día con una nueva actitud y nuevas formas de hacer las cosas. Esta postura exigirá que vigilemos el cambio social y sigamos avanzando con entusiasmo.